sábado, 28 de abril de 2012

La Huella de Leonardo

Fuente: ABC

Acaba de llegar a mis manos un magnífico libro que, con motivo de la exposición que ha organizado el Canal de Isabel II, se ha editado recientemente en Madrid. Se trata de La huella de Leonardo en España. Los Hernandos y Leonardo, escrito por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Castilla-La Mancha y uno de los dos comisarios de la exposición Da Vinci, el Genio, Pedro Miguel Ibáñez Martínez. La exposición permanecerá abierta al público desde diciembre de 2011 a mayo de 2012.
La personalidad de Pedro Miguel Ibáñez y su actividad en el ámbito cultural son tan conocidas entre nosotros que resulta innecesario glosarlas aquí, pero no estará de más recordar, para situar adecuadamente su libro, que buena parte de sus esfuerzos literarios y editoriales los ha dedicado a investigar e indagar acerca de la pintura y el arte en Cuenca. Entre sus trabajos de investigación se encuentran obras tan interesantes como su monumental Pintura conquense del siglo XVI (libro que constituye una soberbia aproximación al arte del Renacimiento en la ciudad, así como una inagotable fuente de información para conocer ese periodo histórico tal y como se desarrolló en ella), Documentos para el estudio de la pintura conquense, Los Gómez, una dinastía de pintores del Renacimiento, Por tierras de Cuenca, Fernando Yánez de Almedina (la incógnita Yánez o los dos magníficos volúmenes dedicados a las vistas de Cuenca que en 1565 realizó el pintor flamenco Van den Wyngaerde. Más recientemente el profesor Ibáñez ha publicado también La Iglesia de la Virgen de la Luz y San Antón y el Barroco conquense, obra en la que realiza un estudio del templo en el que se venera a la patrona de Cuenca y cuyo alcance rebasa, por su complejidad, el mero análisis de un edificio religioso.
La huella de Leonardo en España se estructura en dos partes. La primera, bajo el título de «La huella de Leonardo da Vinci en la producción pictórica de los Hernandos», trata de esclarecer los vínculos de los dos artistas de ese nombre con el maestro florentino, así como saber cuál de los dos puede ser el famoso Spagnolo; el profesor Ibáñez afirma que hay constancia documental de que un tal Ferrando Spagnolo cobró por colaborar con Leonardo en el gran mural de la Batalla de Anghiari, proyectado para el palacio Vecchio de Florencia; pese a los desacuerdos entre los especialistas sobre la identificación del artista español, resulta difícil negar que sólo pudo ser uno de los dos pintores castellano-manchegos conocidos como Los Hernandos; (Hernando de Llanos y Yáñez de Almedina). La monografía completa su primera parte con otros apartados, entre los que podemos destacar «el estado de la cuestión», en el que se nos acerca al tema desde un punto de vista cronológico, inventariando los nombres de los autores que pudieron haber influido en su formación y estilo y proponiendo el autor su criterio personal al respecto; se cierra esta primera parte con apartados tales como «La Batalla de Anghiari y la conexión Spagnolo», «La Gioconda y otros rostros femeninos de hacia 1505», «Sobre Vírgenes leonardescas», etc.
La segunda parte estudia con detalle, bajo el epígrafe «Las obras en su contexto evolutivo», todas las piezas presentes en la exposición, pues aunque no es muy extenso su número, sí son relevantes y significativas de las diferentes etapas cronológicas y estilísticas de «los Hernandos». El profesor Ibáñez realiza un minucioso y acabado estudio de todas las tablas, entre las que podemos citar, por ejemplo, Llanto sobre el cuerpo de Cristo (Yáñez de la Almedina, en colaboración con Llanos), Cristo entre San Pedro y San Juan (Yáñez), San Antonino y San Vicente Ferrer (Yáñez), Piedad (Yáñez), Adoración de los Magos(Yáñez), Desposorios de la Virgen (Llanos), Natividad con donante (Llanos) y la copia de La última cenade Leonardo atribuida a Giampietrino.
La obra, que contiene unas magníficas reproducciones fotográficas de Francisco Alcántara y Santiago Torralba, fundamentalmente, destaca por su gran rigor documental y por el generoso aparato de notas, elementos ambos que contribuyen a engrandecer la aportación del profesor Ibáñez al conocimiento tanto de la vida como de la obra de Leonardo y de sus discípulos Fernando de Llanos y Fernando Yáñez de la Almedina. Nos encontramos, por tanto, ante un trabajo riguroso, serio y enormemente atractivo, que marca un antes y un después en el devenir de los estudios acerca de estos dos pintores castellano-manchegos.

HILARIO PRIEGO SÁNCHEZ-MORATE